Consultoría artesana en red: de buenas cenas están (también) las sepulturas l


En literatura, el llamado crossover consiste en el encuentro entre personajes de distintas narraciones en una sola. Es por esta razón que la iniciativa de artesaníaenlared -anfetamínica mezcla de opiniones propias y enlaces ajenos- tiene algo de esta técnica literaria tan interesante.

Y el resultado es desigual, aunque por lo general bastante estimulante. Claro que es uno de esos blogs a los que el adjetivo de prolífico se le queda corto. Lo suyo es productividad y lo demás son tonterías. Y. logicamente, entre semejante sobredosis tiene que haber de todo. Por eso, si uno rebusca y se abstrae del buen rollito - tan cósmico como primaveral envuelto con un celofán de colores y un lacito rosa- al que tan aficionado es su autor con sus inagotables divagaciones, y te centras (mayormente) en los enlaces que salpican sus entradas, resulta que la compilación es hasta atractiva.

Algo que, tal y como está el patio de los blogs, no es moco de pavo.

Reflexiones de un hijo del pop: realidad en blanco y negro


Captar ese algo indescriptible que flota en el ambiente y causa la infelicidad de tanta gente normal en un país en el que la insatisfacción resulta un sentimiento tan generalizado, parece ser la esencia de este magnífico blog, uno de los más sólidos y sugerentes de entre las innumerables (y en general bastante prescindibles) bitácoras mexicanas.
Siempre perseguido por la nostalgia, la mirada insistente del veterano davidromero, pasa revista a presidentes de la nación y a políticos locales, a sindicalistas, a empresarios, a inversores extranjeros o a las manadas de neoperiodistas que se venden por una mención oficial. Nada ni nadie se escapa a su amarga ironía estableciendo un ilustrativo y apasionante informe del mundo que le rodea en esto que llamamos presente.
No son muchos los blogs de los que se pueda decir que logran parecerse a lo que pretenden ser. Reflexiones de un hijo del pop da la impresión de acercarse bastante gracias a su autor capaz -como pocos- de realizar un análisis pormenorizado, apasionado y lúcido de lo que ha convertido hoy por hoy a un país de la envergadura económica y cultural de méxico en algo tan distinto a lo que se merece.
Y, lo que es mucho más de agradecer, lo hace sin demagogia, con la fuerza incontestable de los datos objetivos y la rabia de la indignación justificada. Un lujo.

Nos cuentan que...


Hernán Casciari publica su segundo libro... y borjamari se quita el sombrero


Hubo una época, aquella en la que éramos cuatro gatos mal contados, en que nos confundían siempre. Recuerdo una vez que vino a verme una señorita bitacorera muy fea (como se espera de las señoritas bitacoreras, y sin razón, ya que hay, por fortuna, muchas y esplendorosas excepciones) gritando que teníamos que ser la misma persona ya que nuestras madres tenían el mismo (y muy antiguo) oficio. Fueron tiempos gloriosos, siempre recibíamos con algaraza un nuevo "equivoco", que venia a confirmar y a remachar los anteriores. A él y a mí, a todos nos agradaban igualmente porque eran como un reconocimiento inconsciente y unánime de nuestra fraternal unión.

A mí, además me enorgullecía. Los dos procedíamos de la misma cantera. Pero mientras yo, dilacerando entre demasiadas apetencias, he ido siempre dando tumbos, hernán ha sabido crecer serenamente, perfeccionar su técnica, adelgazar y castigar su estilo de tal modo, que lo mismo en los guiones que fabrica que en las novelas que crea, ha llegado a esa maestría que ya no descubre falla.

Tengo que pedir perdón por contar recuerdos personales y no traer aquí, como debía, una imagen compacta, neta y breve de su último libro. Aunque era lo que pretendía. Pero después de leerlo sólo me atrevo a aplaudir hasta con las orejas. Si acaso, una simple virtud habrá que nombrar al reseñarlo: el sentido común que campea por sus páginas. No es necesario acogerse al conocido adagio. Los escritores verdaderos, (otros dirían de raza, y poco significan ambas denominaciones) se distinguen porque no nos engañan, o nos engañan demasiado bien. El lector está dispuesto en tales raros casos a perderse con gusto por sus vericuetos. Es lo que nos ha ocurrido a (casi) todos con hernán. Un genio en ambas cosas. En un momento en que la trivialización se confunde con el ingenio y el exotismo intelectual con la sabiduría, no deja de ser grato reencontrar el placer de la lectura de alguien que empezó dignificando el blog y ha mantenido durante tanto tiempo el grado de sensatez y seriedad que tanto echamos de menos ahora los más veteranos.

Nos cuentan que...


Sé perfectamente en qué reside la (muy discutible) notoriedad de borjamari: en su presunta "maldad" hacía los demás. Está claro que a la mayoría les parece más creativo todo lo que roce cualquier tipo de perversidad. Yo mismo he comprobado que recibo mucho más correos de protesta cada vez que hago un elogio, (especialmente si éste está dirigido hacia alguno de los "consagrados") llamándome de todo menos bonito por no hurgar en los aspectos más miserables de su blog.

La bondad está muy desprestigiada. No pretendo elaborar teoría alguna ni establecer divisiones categóricas en torno a mi elemental y subjetivo experimento, pero es cierto que cuando escribo en contra de alguien, más lectores me anima a seguir por ese camino. Complace más la rabia, la provocación y el hostigamientos que la comprensión o la explicación de cualquier hecho. Vivimos en plena apoteosis del ataque despiadado, de la repulsión al elogio. Hay mucho convencido de que el reproche es más riguroso que el aplauso. Son los que prefieren el ceño fruncido porque lo identifican con la exigencia del conocimiento. Felicitar, sonreír o expresar admiración se considera más propio de personas carentes de sentido crítico. Se considera vulgar y hasta sospechoso decir que uno está satisfecho con la labor de los demás.

Dicho lo cual, y consciente de lo que me espera, voy a proclamar mis mejores intenciones para el que parece ser (me lo dijeron mil veces, mas yo nunca quise poner atención) muy suave retorno de bitacoraspuntocom (por ahora apenas se actualizan sus "noticias"), y la vuelta a las andadas (al menos en su blog personal) del que fuera su decepcionado creador.

Desde aquí nos alegramos como el que más. Lo hemos dicho muchas veces: nunca ha habido nada personal contra sus patrones, aunque ellos confudieran el tono jocoso de algunas opiniones con simples ataques personales. A veces uno puede terminar viendo enemigos por todas partes, cuando el origen de la paranoia puede ser uno mismo. El tiempo dirá. Mientras tanto enhorabuena por la vuelta y que dure mucho.

La mano, como siempre, tendida.

Nos cuentan que...

Blogs y comunicación
Algunos modernos profetas pronostican a mediano plazo el desplazamiento de los medios tradicionales por el nuevo mundo de los “blogs”. La conclusión parece muy apresurada. Las páginas individuales se expanden, sí, pero por ahora mayoritariamente no son más que una miscelánea de hechos intrascendentes.Las críticas al periodismo se han convertido en un clásico de nuestro tiempo. La sospecha de que son objeto los periodistas sobre sus compromisos con el poder o determinados intereses, la perfección de la información que exponen, la fortaleza de su compromiso con la verdad en fin, atraviesa toda lo sociedad. Casi podría decirse que sólo se escuchan voces de crítica.Parte de esa avalancha de cuestionamientos ya tomó la forma de una moda, a cuyos dictados responden los especialistas en materia de comunicación, aturdidos por la velocidad de cambio de las tecnologías y la multiplicación de formas de acceso a la información que se ha producido en los últimos 10 o 12 años.Hasta la incipiente popularización de Internet a mediados de los pasado ´90, la discusión casi apenas se limitaba al terreno de los diarios vs. la televisión. Ahora se debe lidiar con nuevas expresiones tecnológicas que podrían convertirse en obsoletas antes de que finalice una evaluación concienzuda del impacto sobre la sociedad. Pero esta nueva perspectiva comunicacional se explora con evidencias muy provisorios y con verificaciones en extremo endebles, con lo cual las conclusiones a las que se arriban no pueden tener más que esas características. Campea la exageración. Sin ir más lejos, la multiplicación diaria por cientos o miles de las páginas de Internet individuales (blogs) donde cada ciudadano puede actuar como emisor de noticias y opiniones, ya anticipa para algunos el estado terminal de los diarios y si se quiere, de los medios como los conocemos hoy. Van más allá y le ponen fecha a la defunción. Hay quienes profetizan que en un lapso de 15 años (2021) la mitad de las noticias serán proporcionadas por esa vía, bautizada como la de los ciudadanos-periodistas. Forzando esta proporción, la mitad de los periodistas estarán dedicados a otras actividades (o la de los blogs, al margen de los medios). En el extremo y si la profecía es acertada, el periodismo está entonces condenado a la extinción a mediano plazo.Se esgrime un argumento fenomenal. Esas páginas individuales no persiguen objetivos políticos o económicos, sólo expresan la realidad tal y como es, sin las censuras y los compromisos en que están inmersos los medios. Los Nostradamus de la comunicación citan casos concretos de estos pioneros, cuyos seguidores acabarán con toda forma conocida de aproximación a las noticias.¿Por qué no creerles? Las evidencias están a la vista: en verdad los “blogs” parecen reproducirse a una velocidad propia del espacio exterior. Si todos son portadores de información, está claro que por una mera cuestión de número dominarán el mundo de las noticias.
¿Pero es así realmente?
Cualquiera que aunque más no sea por curiosidad haya explorado las páginas blog, habrá descubierto que por centenares constituyen una miscelánea de elementos intrascendentes. Solamente un ínfimo número parece estar dotado de alguna seriedad intelectual y aun en esos casos son limitados, porque un “ciudadano-periodista” actúa por reacción a lo que ve en los medios (“a los que va a reemplazar en el futuro”), y en general, si el blog exhibe algún atractivo, es porque está construido por un periodista, en actividad y en un medio, o al menos por un individuo con formación. El resto, reúne una larga lista de diarios personales, páginas que lindan en los pornográfico, galerías de fotos de viajes turísticos, o de las etapas de crecimiento de “mi bebé”, o las tribulaciones cotidianas de adolescentes -y no tanto-, que ventilan impúdicamente una intimidad real o ficticia, o aspirantes a revolucionarios blandiendo consignas.Y qué no decir de los intereses de los visitantes. Cualquiera puede hacer su propia estadística apenas tomando nota de las visitas y comentarios que exhiben los blogs. Si muestran alguna faceta de seriedad son ignorados; todo lo contrario si el autor es una dama y mucho más si luce “hot”. Pero si nos basamos apenas en esas evidencias para descartar el impacto de los blogs, estaremos cometiendo el mismo pecado que aquellos profetas que pronostican un proceso demoledor.Hay en efecto una dinámica fascinante en la comunicación que traerá consecuencias, pero es muy pronto para decir cuáles.Para el caso de los blogs deben formularse reparos. Los augures -que en el fondo también están haciendo una crítica embozada a los medios-, pasan por alto que estas páginas están mucho más expuestas que los medios tradicionales a cualquier tipo de distorsión. No están sometidas a ningún control social, judicial o de contrastación informativa. Apenas el clic en las objeciones que proponen las páginas. Por lo general carecen de rigor, y abarcan un espectro noticioso completamente limitado. Al fin, no se trata más que de visiones particulares, parciales, de algunos aspectos de la realidad, aun cuando en oportunidades resulten notables por alguna revelación.Los periodistas de los medios, en cambio, deben lidiar en todo momento con una marea de datos inabarcable y de entre ellos seleccionar cada día lo que creen que es significativo para la sociedad. Es una tarea inconcebible, imperfecta, teñida a veces de subjetividad, ocasionalmente tendenciosa y por momentos exagerada, que no contenta a todos por igual. Pero es una perspectiva de la realidad, en conjunto y en promedio, que no puede ser más que considerada honesta.Por supuesto que el periodismo y los medios enfrentan desafíos. Muchos tienen que ver con corregir esas deficiencias y distorsiones que anotan los críticos de la comunicación. Otros con enfrentar la competencia que deriva de los constantes avances tecnológicos...una cuestión de supervivencia.Sin embargo otras urgencias lo acosan: las presiones y la manipulación por parte del poder para silenciar la verdad, en definitiva la coartación de la libertad de expresión, prácticas que recorren todos los rincones del mundo. Esa es una lucha permanente, maliciosamente oculta por los eternos cuestionadores, en la que el periodismo siempre está solo.
Raúl Clauso Bariloche, Río Negro, Argentina.

La flor de la canalla: insustancialidad.

Confieso que este blog se me hubiera pasado por alto enfrascado, como estoy enfrascado, en mandarle tartas de natanylon con un dibujo de su cara -casquete capilar incluido- a mi querido escolar -junior- para ver si así se le reblandecen las meninges y me admite de becario en su zp-ublico. Comprendedlo, como no tengo a nadie que me dé el empujón y confíe en mis posibilidades, tengo que optar por sacarle partido a mis habilidades más íntimas. Es lo que tenemos los amorales. Un flamante (por ahora sólo presunto) new-director de un (por ahora sólo presunto) periódico deacincuentacéntimostodoparaelkioskeromiraquebien te concede la gracia altruista de bajar unos peldaños a compartir contigo un tiempo que mejor estaría dedicando a otras cosas, y sabe que tiene felpudo mediático para toda la vida. Nacho, rey, sé que te lo estás pensando. Haces bien, pero no olvides lo que te dije el otro día cuando nos cruzamos: lacalle anda detrás de roures para que le compre a él el boli de seis colores antes que a ti, y eso no lo puedes consentir. Necesitas tu un contrapunto. O sea, yo, con una mente para los negocios y un cuerpo para el pecado.Sigamos, que me disperso. Decía que ni me hubiera fijado en algo tan insulso como la flor de la canalla de no haber sido por el nombre de su autor. ¡Pero si es famoso y hasta sale en la tele! Como escarpias se me pusieron los pelos de brazos y piernas. Qué queréis que os diga, un famoso siempre es un famoso y de todos es sabido las consecuencias del ponga usted un famoso en su blog. Y si sale en la tele más. Que se lo pregunten a los ideólogos de los anuncios de contactos.Además, en este caso no me negareis que el personaje en cuestión no tiene algún valor añadido. Un tipo simpático que, desde sus orígenes de pulcro seminarista preconciliar redactando las noticias en un periódico valenciano de gente bien (como era las provincias), ha ido reformulando su papel -de centro de mesa a florero- en una sucesión puntuada por pintorescas mutaciones que le han hecho saltar de despistado lector de auto-cue en informativos de madrugada, a sentarse a la mismísima diestra de la comunicadora más quintaesencial del panorama catódico, integrándose perfectamente en el inodoro, incoloro e insípido vociferio habitual de tan peculiar circo matutino como co-cotilla de cabecera (algo que, por cierto, él mismo prometió en su día que jamás haría -hemerotecas dixit-) y hasta sustituyendo (con más pena que gloria según las audiencias) a nuestra ophra más cañí.Vale, seguro que no me hubiera fijado de no ser quien es. Pero... tampoco me hubiera perdido nada. Después de leer algunas de sus entradas el bostezo ha sido el único gesto capaz de evitar que acabara practicando la siesta del burro, (una costumbre que tenía olvidada desde la facultad). Posts inconsistentes, chistes gastados, tópicos con un pretendido doble sentido.. todo encaminado a contarnos (¿o es a convencernos?) de su esencia de españolito medio (campechano, buena persona , algo cotilla pero con un corazón de oro), que podía asumir los perfiles del yerno ideal (ahora ya puede serlo con todas las de la ley ¿no?), el hijo que a toda madre henchiría de satisfacción, el cuñado graciosete que te da la boda percutiendo simpáticamente su cuchillo contra la copa porque es un cachondo o, en casos extremos (muy extremos) la fantasía sexual posibilista de las largas y solitarias tardes de domingo.Como si nos importara.Pues sí, borjamari, listo, por raro que te parezca hay a quien le importa lo que este señor quiera contar de lo que este señor hace -o se inventa que hace- con cada minuto de su vida (luego dirán que los milagros no existen). Y por eso, listo, más que listo, por eso tiene su séquito de palmeros, fieles lectores interesados en saber lo que come, lo que lee, lo que suda, lo que pesa, la gente tan guay con la que anda o hasta la sensación que experimentó aquella tarde de septiembre cuando se cortaba la uña del dedo gordo del pie derecho y vio reflejada la cara de la virgen en uno de sus padrastros. Un interés que !por supuesto! nada tiene que ver con ser vos quien sois .. Sólo hace falta leer el blog -antes de saber quien lo está firmando- para darse cuenta de sus extra-ordinarias cualidades. De todas formas están en su derecho. ¡Para eso sale en la tele! Aunque, celebridades aparte, la flor de la canalla no deje de ser un bridgetjones cualquiera tuneado de sosez y bastante más empalagoso que la mayoría de su estilo. Y hay unos cuantos.Por más que se empeñen, leer cómo se divierten otros -aunque salgan en la tele- suele ser un espectáculo especialmente cansino, sobre todo si lo que le ocurre al protagonista no resulta trascendente ni para él. Y, en este caso, además, resulta soberanamente aburrido.

Nos cuentan que...

Nos cuentan que...

Cualquiera que sepa algo de esto sabrá que, entre las miles de bitácoras que cada día se actualizan, hay un buen número de ellas verdaderamente interesantes, vivas, sugestivas y de un importante nivel medio-alto. Y que, al menos teóricamente, por sus muy variadas características deberían llamar la atención de un considerable número de lectores.Entonces, ¿cómo puede ser que con este panorama los blogs en español obtengan tan menguado número de visitantes? Un panorama en el que apenas unos cuantos tienen un número razonable de visitas, generalmente de sus "colegas", y no seamos capaz de atraer a ese lector potencial que pulula por internet sin rumbo.Los autores de bitácoras en castellano debemos aceptar que algo falla, que algo muy decisivo falla en la imagen y en la comunicación de contenidos, anhelos y reivindicaciones de esta nueva forma de expresión.Naturalmente lo más cómodo es mirar hacia otro lado, sobre todo cuando uno ya está instalado, es la mejor manera de evitarse problemas. Hay una vieja leyenda que circula por casi todas las facultades de periodismo y que, obviamente nadie ha podido demostrar, según la cual cualquier persona, tenga el nivel que tenga, después de tres meses de informarse por un único medio, pensará inevitablemente como dicho medio, dando por buena cualquier información que en el aparezca por muy absurda que sea. Es lo que tiene encerrarse.Esta personalización trae como consecuencia la falta total de crítica, cualquier desacuerdo ajeno al círculo cerrado supone una ataque al conjunto, saben que pueden llevar razón y el miedo a perder una posición privilegiada les puede, y antes que aceptarla, enarbolan la disculpa de la "forma" como si lo principal no fuera un "fondo" con, al menos buena parte, de razón.El final es una retroalimentación que cumple las expectativas más primarias de pertenencia y acogida a un grupo, pero que se antoja inviable en cuanto a esa visión global, imprescindible para avanzar.Es más fácil y más demagógico decir que los críticos son unos hijos de puta envidiosos. Siempre ha dado resultado buscar un demonio en el que desviar la atención, pero, aún teniendo parte de razón, eso no resuelve nada. Hay que aceptar que la situación es la que es, hay que hacer severa autocrítica de las diversas formas con las que los que manejan los hilos de este cotarro se manifiestan ante sus lectores y, sobre todo, hay que poner remedio mediante las correcciones oportunas de los errores, que aunque algunos no se lo crean, existen.Algo pasa. Algo pasa cuando la gente apenas lee los blogs y basta que unos propongan una idea para que los otros despotriquen con todas sus armas contra ella. Es más fácil buscar culpables. ¿Campañas?, ¿Manipulaciones ideológicas? Puede ser. Y posiblemente sea. Pero sería muy necesario tomar esos rasgos como datos de la realidad y enfrentarlos con actuaciones en positivo acordes con la magnitud del problema y no sólo con exabruptos y lamentaciones.Unos pocos tiran del carro, otros muchos se suben a éste, pero siempre hay algún energúmeno que sólo sabe pulsar el freno. Todos sabemos como están las cosas, las divisiones, las envidias, los grupos cerrados y la inestimable ayuda de ese comprensible afán de protagonismo que tenemos todos -la vanidad es humana-, causan un profundo daño a algo que, no nos engañemos, no tiene ninguna influencia en la red.No se trataría tanto de reconocer culpas como de reconocer mejor el mapa de la realidad, admitir errores -no es lo mismo que culpas- y emprender nuevas acciones que puedan cambiar el hostil viento que sopla de cara cuando tantas bitácoras interesantes se escriben cada día, tan poca gente las ve... y tantos enemigos, que encima presumen de serlo, tienen.Ironía - expresar por medio de una aparente forma seria, un contenido burlesco. Se consigue mediante un especial matiz fónico o contextual, utilizado de modo que varíe el contenido semántico del texto serio.

Narraciones: o sensibilidad fuera de circuito

El caso es que a primera vista este blog apenas destaca por el feísmo de su uniformado diseño. Sin embargo, no convienen dejarse llevar por la primera impresión. Al menos no en este caso; bajo esa negra capa, "narraciones", presenta una estupenda colección de estampas, capítulos aparentemente desligados de cualquier acción entre ellos, derrochando sentimiento a través de un sensorial, sonoro y exótico lenguaje.Sus post parten de una realidad pasada que la autora va transmutando mediante el recuerdo hasta convertirla en una realidad presente pero completamente distinta, y lo hace mediante un complicado proceso de embellecimiento de los recuerdos, complicado proceso que, paradójicamente, contrasta con la simplicidad del resultado.El secreto de "narraciones" es que no esconde nunca la verdad, el origen de todo el proceso, ni aún cuando trata hechos tristes, dolorosos, crueles e incluso morbosos, por eso en el fondo de sus magníficos textos, no deja de notarse una cierta inquietud, algo que no acaba por convencer ni a la propia autora.El resultado de conjunto es bastante aceptable, la irónicas reflexiones que marcan todo su estilo no son más que una consideración agridulce sobre la condición humana.Eso si, unas reflexiones que no serán muy aptas para lectores rápidos acostumbrados a las oportunistas chorradas coyunturales entre las que habitualmente nos tenemos que mover. ¿Su verdadero "merito"? Ser un diario en estado puro, algo no fácil de encontrar en medio de esta parada de los monstruos en que -entre todos- hemos convertido los blogs.

Toditoslosdías: si sale con barbas, San Antón, y si no, la Purísima Concepción

Cada vez que un blog anticipa estar perpetrado por "un bicho raro" hay que echarse a temblar: tal declaración no es sino una coartada para introducir tópicos que nunca se hubieran admitido en una persona tenida por "normal" por inverosimilitud o por un ridículo exceso de ternurismo.Toditos los días es un buen ejemplo, el ambiente reflejado con pretendido realismo en cada uno de sus post se lee con absoluta incredulidad, los episodios que intenta describir resultan ridículos y el (muy escaso) humor, infantil. (Basta darse una vuelta por los intereses que confiesa en su perfil para comprobar la pequeña línea que separa intentar ser original de caer en el ridículo).El conjunto resulta tan absurdo e inverosímil como incongruentes resultan cada uno de los post por separado. Aunque algo de positivo se puede sacar de tan desganada chuscada: Si alguien quiere conocer la receta más eficaz para convertir cualquier blog del montón en un burdo, agotador e innecesario galimatías, no debería perderse esta pretenciosa bitácora. Está ante uno de los muchos ejemplos de los que aprender.De todas formas, y ante melodramas como éste, tienta la opción de reclamar la censura por lo impúdico de los recursos utilizados para hacer saltar la sensibilidad más cutre del lector indefenso. Ahora estamos desasistidos. Cuando menos te lo esperas te topas con alguien empeñado en demostrarte que es un "bicho raro" y ya no puedes escapar sin que te cuente la primera majadería que se le ocurre. Y encima orgulloso de hacerlo. ¿Cuándo los antivirus van a detectar todos estos blogs que te invaden la pantalla de pedantes estupideces sin sentido? Su número crece más deprisa que el de los virus tradicionales y todavía estamos completamente indefensos ante la plaga. Seguro que serían todo un éxito.. aunque eso sí, los pobres iban a trabajar a destajo.